viernes, febrero 21

El Golpe Suave: su estrategia en Venezuela, Ecuador y Bolivia

Las llamadas "revoluciones de colores" en Serbia, Ucrania y Georgia a comienzos del s.21 introdujeron nuevas tácticas, utilizadas por las agencias de Washington con la finalidad de desestabilizar gobiernos que no favorezcan sus intereses.
  

La estrategia en este plan funciona sin invasiones o magnicidios y se desarrolla públicamente.[1] La planificación de la estrategia, como en la Revolución Naranja llevada a efecto en Ucrania, incluye el financiamiento de agencias de Washington, como:

- National Endowment for Democracy (NED)
- Freedom House
- USAID
- Instituto Republicano Internacional (IRI)
- Instituto Demócrata Nacional (NDI)
- Open Society Institute de George Soros

y ONG's (organizaciones no gubernamentales) escogidas o creadas por esas agencias, sindicatos, medios de comunicación y partidos políticos, con el objetivo de producir un movimiento de oposición capaz de desestabilizar o derrocar un gobierno “enemigo”.

La creación de este tipo de organización paralela a los poderes electorales y de otra, especializada en la movilización masiva (generalmente una agrupación de jóvenes) son claves para provocar una "revolución de colores".

Mientras que la organización que trata del tema electoral o mediático trabaja con el apoyo de encuestadoras vinculadas a Washington, como

- Penn
- Schoen & Berland

para convalidar o no el proceso político, la otra agrupación se encarga de promover, convocar y dirigir manifestaciones de calle. Esta agrupación de jóvenes se ocupa de entrenar en las técnicas del golpe suave, diseñadas por:

- la Albert Einstein Institution (AEI) de Gene Sharp y Robert Helvey
- el Internacional Center on Nonviolent Conflict (ICNC) de Peter Ackerman

Se utilizan medios de comunicación, nacionales e internacionales, para promover matrices de opinión que presenten una imagen sesgada o distorsionada de un supuesto "estado de ingobernabilidad" en el país atacado y de rechazo a su gobierno del momento, por parte de una mayoría de ciudadanos inducidos por la propaganda difundida.

Luego de preparar el escenario local mediático, social, político y económico, se pasa a ejecutar el paso final y se toma por asalto el poder, mediante una gran marcha de personas invasora hasta la sede de la presidencia, o mediante referendo revocatorio.

Este tipo de golpe de Estado ha ocurrido con éxito en:

- Yugoslavia
- Georgia
- Ucrania

y algo similar sucedió en Haití, contra el presidente Aristide.

No obstante, estas operaciones, fracasaron en Bielorrusia y Rusia.

En Venezuela hay organizaciones que trabajaron con sus contrapartes internacionales para ejecutar esta estrategia del golpe suave contra el Presidente Hugo Chávez. Lo intentaron en las elecciones presidenciales de diciembre del 2006, sin éxito.[2]



En ese entonces, el periodista y vocero de la ultraderecha venezolana, Rafael Poleo, director del diario Nuevo País, llamó abiertamente –desde un programa trasmitido por el canal Globovisión– a los sectores de la oposición, para que iniciaran una "revolución naranja" (textualmente dijo: "una ukraniana") en Venezuela.

También en el año 2007, movimientos estudiantiles y juveniles fueron entrenados y formados para intentar ejecutar nuevamente la estrategia del golpe suave. Siguiendo la doctrina de Gene Sharp y Peter Ackerman, un grupo de estudiantes de la derecha, encabezó marchas supuestamente no violentas, para "defender" el canal golpista RCTV (Radio Caracas Televisión). 

En ese sentido, dirigieron sus protestas a los poderes públicos; en ciertos casos, saboteando su funcionamiento e intentando crear escenarios violentos.

Esas acciones recibieron mucha atención de los medios de comunicación nacionales e internacionales, que intentaron calificar a esos grupos como una "nueva esperanza para el país", debido a que la mayoría de los integrantes eran simplemente jóvenes.[3]

Luego se descubrió que los cabecillas de esos grupos de acción de calle estaban colaborando con veteranos políticos de:

- Acción Democrática
- COPEI
- Primero Justicia
- Bandera Roja
- otras agrupaciones

y que habían recibido instrucciones y financiamiento de:

- las agencias de Washington
- la Embajada de Estados Unidos en Venezuela
- la AEI
- y el ICNC

El desmantelamiento de todas esas operaciones desacreditó su activismo y los recursos manipulados. Sin embargo, dirigentes de esos movimientos, en ese tiempo, como Yon Goicochea, fueron enviados a Bolivia y Ecuador para asesorar, en esos países, grupos estudiantiles de oposición en técnicas de golpe suave, ayudándoles a ejecutar acciones similares, contra los gobiernos socialistas de Evo Morales y de Rafael Correa. Y aún, en Venezuela, algunos sostienen esas ilusiones en supuestos liderazgos, como el de Henrique Capriles o de Leopoldo López (condenado a trece años de cárcel), al olvidar que, simplemente, la derecha vota siempre por quien le impongan, en última instancia, sus factores de poder.[4]

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1. La Telaraña Imperial; por Eva Golinger.
2. En Venezuela fracasa una revolución naranja; por Francisco Sierra.
3. Algo huele mal en Venezuela con los estudiantes; por Freddy Martínez
4. La Revolución Amarilla; por Luis Enrique Alcalá